domingo, 16 de marzo de 2008

Crónica de un carnaval catastrófico parte 9


(Porgie en su máximo esplendor)

Para este entonces, no era solo una sospecha, ya estaba casi del todo seguro. Sin embargo, no fue hasta hace unos días atrás que me di cuenta que era realidad “Soy tan solo una sátira del Dios Pan”. De las siguientes 3 jornadas voy a hablar poco, dado que esa seria una buena analogía, de la duración de estas o mejor deberíamos llamar medias jornadas. El numero 3, es un número clave, no solo en mi vida, sino al parecer, en la historia de las grandes proezas humanas. Aclaro, no digo que mi vida sea una gran proeza, es más bien una gran pobreza. Pero no hice este blog para hablar de mí, sino de cierta película. Pero antes de seguir hablando de la película debería aclarar un poco lo que los grandes historiadores denominaron el factor triangulo o tricota, para los entendidos. No confundirse con la ricota (ese queso feo), el cual una vez me dio indigestión, pero basta de mí.
A lo largo de la historia, el numero 3, no solo es uno de cualidades místicas. Un ejemplo claro seria el de Jesús, al cual tuvieron que crucificar 3 veces antes de que dejara de hacer piquetes en los templos para que le dieran un subsidio para comprar vino tinto. Sino también, de cualidades catastróficas, como por ejemplo la biblioteca de Alejandría, la cual fue incendiada 3 veces, ya que los egipcios exigían libritos para colorear con la cara de Pablo Echarri. Cuando sus primeros 2 intentos, no fueron tomados en serio, la tercera fue la vencida. Podemos seguir enumerando muchos mas ejemplos de grandes sucesos de la humanidad que contienen el numero 3. Las trillizas de oro, gabi fofo y miliki, los tres chiflados, las tres naves de Cristóbal colon, los 3 jinetes del Apocalipsis, los 3 jinetes fantasmas y las 3 ginebras que me tome la otra noche. Obviamente, en este rodaje, no puede faltar la historia de “las 3 medias jornadas”, que no es lo mismo que las 3 medias naranjas o las 3 pantimedias si así lo prefieren.

Media Jornada 9:
Nueva locación, interior las habitaciones del refugio de los locos. Este día hacia un calor espantoso, tal era el calor, que costaba incluso poder formar una frase coherente. Los malos humores, corrían tan fuertes como los malos olores. Tal era la temperatura, que siquiera el síndrome porgie se animaba a hacerse presente. Llegó un punto en el cual, hubo que dar por terminada la jornada, nada podía hacerse al respecto.

Media Jornada 10:
Este día los niveles de temperatura, estaban dentro del un marco aceptable. Pero sin embargo los nivele Porgie, se iban mas allá de la Escala Porgiana. Es hasta el día de hoy, que temo por la salud del resto de la gente, no se si no se desato una epidemia de proporciones Porgie. Uno de los actores, cuyo nombre jamás voy a volver a nombrar, supero incluso al mismo Porgie. Cuando luego de faltarle el respeto a todos los presentes y sin lugar a duda siguiendo los pasos de su sensei. Prosiguió a decir “me siento incomodo, me voy a mi casa”. Sin lugar a duda, es un claro ejemplo, donde el alumno supera al maestro. Otra jornada que queda por la mitad.

Media Jornada 11:
Para este día, nuestro Señor Productor, tubo la brillante idea de traer al rodaje un medidor de ondas “I” (ondas Incomodantes). Con mucho esfuerzo, dada la alta susceptibilidad del señor Brad Pitt, así es como decidimos llamarlo. Los niveles de incomodidad se mantuvieron entre los límites aceptables. Sin embargo los niveles de hambruna estaban al máximo. Producción man, había gastado todo el presupuesto del Catering en el medidor de ondas “I”. Mientras todos los estómagos se quejaban al grito de “viva la antropofagia”, todos los presentes experimentamos la misma alucinación colectiva.
Repentinamente y para la sorpresa de todos, excepto del señor Brad Pitt que felizmente comía un cordero Patagónico, apareció en el set “el Gran Buda”. No era Buda en realidad, solo un animador de un reality show que se filmaba en las cercanías y venia a pedirnos un plato de arroz. Pero viendo que no íbamos a poder habilitarle un plato de comida, prosiguió a aconsejarnos la siguiente idea, la cual apadrinamos unánimemente (por lo menos de los que pasábamos hambre). La cuestión consistía en hacer una votación, seleccionar al individuo menos querido, matarlo y comerlo, simple.
Luego de un pequeño accidente, donde el señor Brad Pitt, murió electrocutado, acuchillado, ahorcado y por múltiples impactos de escupitajos y patadas. Se prosiguió a intentar conseguir carne para un asado, pero el clima de rodaje se puso realmente tenso, cuando descubrimos que en el interior del señor Brad Pitt, solo había abono de caballo. Por suerte uno de los presentes, aprovechó la situación para revisar en sus efectos personales y encontrar una gran cantidad de dinero. Pizza libre para todos y abono para la plantación personal del Sr. Producción. Fue un día realmente alegre para los presentes.

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