lunes, 12 de mayo de 2008

Crónica de un carnaval catastrófico parte 10


Después de haber mutilado accidentalmente a uno de los actores y habiendo hecho una inesperada sesión de espiritismo. Las respuestas no llegaban, no encontrábamos la manera de seguir adelante. No fue hasta varios días después, donde las respuestas llegaron a mí en un sueño. Conejos de colores comiendo el cuerpo putrefacto del actor, entonces cuando me acerca a verlo, el cadáver es el mío. Todo estaba más que claro.

Jornada 11:
Una vez mas listos para la acción, por cuestiones legales, mis abogados me prohibieron contar la manera de la cual decidí resolver el percance, dado que “le sacaría merito a la película”.
Nos quedaba concluir una cantidad de escenas dentro de una de las habitaciones del refugio de los desequilibrados mentales. Si bien esta locación también estaba poseída por ciertas entidades, ya que hasta entonces, no habíamos podido hacer una jornada completa, los ánimos estaban mejores desde la erradicación del síndrome porgi.
Comenzamos a filmar las escenas del día, cuando en la mitad de la jornada, nos dimos cuenta que los dobles de riesgo no habían aparecido. Algunas llamadas telefónicas nos confirmaron que tampoco iban a aparecer. Después de un breve receso, los actores propusieron hacer ellos mismos sus escenas de riesgo. Exceptuando por algunos cortes, rasguños y contusiones craneales, todo salio como se esperaba.

No voy a contar mas, por que me aburrí de escribir, imagínense el resto.