(Foto: Fernando Valente)
Habiendo terminado la primera parte de la segunda unidad y teniendo el principio de la película, era hora de pasar al final. Ocupamos una antigua fabrica de zapatos de goma y teníamos que ambientarla como un refugio de desequilibrados mentales, algo que definitivamente no estaba lejos de la realidad. Era un día que hacia demasiado calor y el amor emanaba en todas las direcciones…bueno…eso mejor voy a dejarlo para la versión impresa.
Jornada numero 5:
Comenzamos a ambientar la locación, mientras los actores iban apareciendo y conociéndose entre ellos. Era la primera vez que muchos de ellos se veían y al igual que en el amanecer de los hombres, muchas diferencias fueron resueltas a garrotazos. Cuando sus cabezas estaban demasiado achichonadas como para seguir dándose porrazos entre ellos, decidieron darme una mano con la ambientación. Les pareció que la decoración era muy poco realista, por lo tanto intentaron derribar las paredes a golpes para lograr un decorado mucho más dramático. Visto que si la locación sufría el mas mínimo cambio estructural, íbamos a quedar todos enterrados vivos, a causa de un colapso masivo de las instalaciones. Invite a todos los actores a iniciar la jornada con un brindis, un poco de vino tinto y Rivotril, solucionaron todos mis problemas.
Bien, era hora de empezar a filmar, aunque no lo crean. Podría describir la situación en proporciones bíblicas. A la izquierda teníamos el infierno, a la derecha el paraíso y en el medio el purgatorio. O sea, en una habitación a la izquierda hacia mas calor que en la calle, en una a la derecha hacia bastante frió para ser honesto, pero era mejor que el calor. En el medio, un pasillo inmundo que apestaba, en el cual íbamos a pasar el resto de la eternidad. Por que obviamente, no somos lo suficientemente malos como para ir al infierno, ni lo suficientemente buenos como para ir al cielo. El purgatorio es un lugar donde definitivamente todo vale…ahí nos vemos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario