sábado, 23 de febrero de 2008

Crónica de un carnaval catastrófico parte 4


Una vez superados ciertos inconvenientes que llevaron a la producción a estar momentáneamente paralizada, los cuales en su mayoría, se resolvieron a punta de pistola. Volvimos a rodar con la segundad unidad.

Jornada numero 4:
Bien, era hora de filmar el principio de la película. La locación era complicada, en cuanto a cuestiones de seguridad. La manada de rottweilers no era suficiente, así que contrate un pequeño grupo de mercenarios, para que los asistieran. Lo cual obviamente genero ciertos altercados, el ego de mi equipo de seguridad había sido dañado. Sabía que todo iba a terminar en caos, pero nada podía hacer al respecto.
Llegamos a la locación, mientras preparábamos los últimos detalles para filmar, tuvimos nuestro primer altercado. Primer intento de robo, el cual fue detenido a tiempo por los mercenarios, una masacre alegre, estilo ejecución. Los rottweilers quedaron muy disconformes por no haber podido participar de la fiesta y más aún cuando los puse a cavar posos para esconder los cadáveres.
La jornada se ponía cada vez más tensa. Tenia que conseguir filmar la escena antes que todo estallara. Bien, no había tiempo para la más mínima contemplación, era hora de filmar.
Esto era una toma única, nada podía fallar, no era posible hacer retomas. Comenzamos a filmar y todo lo que podía llegar a salir mal, salió. El equipo de mercenarios comenzó a pelear con la manada de rottweilers y como si esto no fuese suficiente, los amigos de los ladrones asesinados, vinieron a cobrar venganza. Me encontré filmando en el medio de una carnicería, balas volaban en todas las direcciones. Estaba en el medio de una guerra, pero no podía parar, era una toma única. Entre medio de todo el ruido le gritaba al actor “Vos actua!! Vos actua!! No podemos hacer retoma, esquivas las balas y actuas!!!”
Más allá de todos los problemas la escena quedo muy buena. Bien, ya tenía el principio de la película. Otro punto a favor, los mercenarios habían muerto todos, así que no tuve que pagarles. Con sus cadáveres terminamos haciendo un asado, catering de la jornada numero 4 solucionado. Suerte que tengo un buen productor que sabe exprimir cada centavo.

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